Comienza con el corazón: mantente enfocado en lo que realmente quieres.
Antes de iniciar cualquier conversación crucial, clarifica tu verdadero propósito. Pregúntate: "¿Qué es lo que realmente quiero para mí, para los demás y para la relación?". Este enfoque evita que te distraigan las emociones o que ganes discusiones.









